El placer de las focales fijas, pero con un zoom

(Anexo de la prueba de la Panasonic Lumix DMC-LX5)

Hasta que aparecieron en el mercado los objetivos zoom, al menos de una manera masiva, la costumbre era trabajar con ópticas de focal fija. Cuando se compraba una cámara fotográfica venía normalmente con un objetivo de 50 mm, a veces un 40 mm, pues era la manera más natural de «ver» por parte del ser humano. Un gran angular cotidiano era un 35 mm, mientras que el tele corriente era un 90 mm o un 135 mm… más allás eran palabras mayores.

(detalle del objetivo de la LX5)

Actualmente una óptica de focal fija es algo raro para el fotógrafo aficionado, poco conocedor de las mismas, aunque disponen de una mayor precisión y luminosidad, por lo que su precio se dispara por estos tecnicismos, pero también por su producción más limitada. Sólo en máquinas muy baratas y básicas, además de estar presentes en los teléfonos móviles, se recurre a ópticas de focal fija, aunque normalmente con unas prestaciones bastante pobres. Cuando un usuario se encuentra hoy en día con una máquina dotada de un objetivo que no es un zoom… parece como si no sirviera para nada.

(mando balancín de control del zoom de la LX5)

La cultura actual del zoom ha destruido en parte la coherente manera de «ver» las escenas fotografiables. De forma muy masiva no existe consciencia real de lo que es una distancia focal, para que sirve, que significa… nada de nada. Se utiliza un zoom sólo para acercar o alejar una escena, sin darse cuenta que para eso están las piernas del fotógrafo (en lo posible), y que las diversas distancias focales representa la conjunción de varios objetivos en uno único para «ver» de maneras distintas esa escena, aislando elementos, mostrando más elementos, aumentando la profundidad de campo, o logrando unos bellos desenfoques selectivos, todo ello en combinación con la elección acertada del diafragma, otro desconocido para el gran público.

(objetivo zoom de la Fujifilm HS20EXR, con detalle de las focales)

El problema es que las marcas han dejado de mostrar habitualmente las distancias focales en las que trabaja un zoom, salvo honrosas excepciones. El conocer este dato en el que estamos trabajando ayudaría bastante a comprender como se «ve» con cada una de las focales del objetivo, analizando la escena de una manera más concreta y personal, además de comprender el como y cuando se debe usar cada una de ellas en el momento oportuno.

(zona trasera y pantalla TFT/LCD de la LX5)

Centrándome en el segmento de las compactas (extensivo a cualquier otro tipo de cámara), aún existen máquinas que disponen de objetivos con saltos definidos en base a sus distancias focales, aunque muchos de sus propietarios ni se han dado cuenta de ello, o no saben para que sirve esta opción. Una de estas «rarezas» es la Panasonic Lumix DMC-LX5, que dispone de un zoom de 24-90 mm, pero con posibilidad de fijar posiciones de 24 mm, 28 mm, 35 mm, 50 mm, 70 mm, y 90 mm, es decir, desde un gran angular ya acusado, hasta un tele corto. Para acceder a esta posibilidad hay que entrar en «MENU/SET» (menú de opciones), «REC», ZOOM ESCAL.» (pantalla 4 y opción 5), y ajustar en «ON». A partir de ese momento, al manejar el balancín del control del zoom, en la pantalla aparecerá una guía inferior con las posiciones concisas de cada una de las distancias focales anteriormente citadas, en lugar de una barra progresiva entre los 24mm y los 90 mm. Con esta opción, la LX5 funciona como una máquina de ópticas intercambiables, disponiendo de 6 objetivos distintos de distancia focal fija (24 mm, 28 mm, 35 mm, 50 mm, 70 mm, y 90 mm), en lugar de un único objetivo de tipo zoom, integrado de forma fija en el cuerpo de este modelo de Panasonic.

(detalle de las distancias focales del zoom en la LX5)

Recomiendo a los propietarios de la LX5 que practiquen con esta opción, y vayan sacando fotografías en cada una de las diversas distancias focales fijas disponibles, e ir comprendiendo para que sirven y como se «ve» una escena con ellas. Esto enriquecerá la base técnica del usuario, y sabrá apreciar más las posibilidades de su cámara. Es más, sería importante que realizara series de fotografías con focales determinadas, para acostumbrarse a «ver» de esa forma, y no de otra. Dominar una cámara ya es complejo, máxime si es de toque profesional (caso de la LX5), pero llegar a saber utilizar una concreta distancia focal en base a la idea que se tiene de la imagen a capturar es meterse ya en el campo creativo del fotógrafo… fascinante tema, sin duda alguna, y que todos lo deberían probar si su máquina tiene esta posibilidad.

Nota (1): Prueba de la Panasonic Lumix DMC-LX5 (incluyendo álbumes de imágenes capturadas con ella).

Juan Carlos Martin Martin (juancm.martin@telefonica.net)
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